viernes, 7 de mayo de 2010

Agnóstico, no ateo.



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No podría definirme como ateo, porque declararme ateo corresponde a una certidumbre que no poseo. A fin de cuentas, el universo es tan extraño que todo es posible, hasta un Dios que es uno y que es tres.

Borges solía decir que el universo tal vez se pareciera a lo descrito por Schopenhauer. Ambos se sentían muy próximos al budismo.

Sobre el origen de la palabra agnóstico, aquí podéis ver una explicación de Gustavo Bueno.

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