martes, 27 de julio de 2010

Ser andaluz.



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Yo hubiera querido ser andaluz. Lo que nunca habría querido es ser catalán: los odian en España y entre los franceses se nota en seguida que son impostores.

Borges haciendo amigos.

De joven vivió un par de temporadas en España, en Madrid, Granada y Mallorca, creo, (tendría que revisarlo). Su padre era profesor de psicología y al quedarse ciego perdió el trabajo, con lo que la familia empezó a viajar, no sé si en busca de médicos o algo así. También estuvieron en Ginebra un tiempo, donde estudió el bachillerato y aprendió alemán. Por cierto, Borges fue un niño enfermizo y nunca fue al colegio, sus primeros años se educó en casa. Personalmente, (y aquí ya me estoy columpiando) pienso que eso pudo influir en su carácter pusilánime respecto al sexo y su idealización de la violencia. Bueno, y en su dependiencia materna y su falta de sentido práctico en general.

Añadir que durante esos años en España participó en las vanguardias literarias, concretamente en el ultraísmo, (del que luego renegaría) y que el español Guillermo de Torre se casó con su hermana, la pintora Norah Borges. En lo literario, Borges no valoraba excesivamente a su cuñao, vanguardista militante. Borges siempre defendió el clasicismo (su libro favorito era la Divina Comedia) y el lenguaje claro y sencillo. Por otra parte, argumentaba que los experimentos formales y narrativos de Kafka o Joseph Conrad eran superiores a los de Joyce o Paul Valéry. Igualmente, era un gran admirador de las omisiones y ambigüedades de los cuentos de Kipling y Henry James, a los que copió bastante.

Ah, con respecto a los andaluces, recordar que no soportaba a Lorca, al que conoció en algún sarao, y al que solía calificar como "andaluz profesional".

martes, 20 de julio de 2010

Off topic. Sincronías.


Hoy más que un borgismo, un borginismo.

Por un lado el "miniensayo" 'El sueño de Coleridge', que habla del hecho de que Samuel Coleridge soñó el poema 'Kubla Kanh', donde se habla de Xanadú, el fabuloso palacio del emperador. Años después Borges averigua que el mismo Kubla Kahn había soñado a su vez con el palacio.

En el blog Ausente podemos leer hoy otra historia eminentemente borgiana y que no me he podido resistir a incluir aquí (mucho saqueo yo a este hombre): "Un niño pierde una novela de a duro en un relato de corte fantástico escrito en 1995 y diez años más tarde alguien busca una novela inencontrable de la que sólo tiene la portada."

viernes, 16 de julio de 2010

El Maní Volador


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¿Usted vio la última campaña presidencial? ¡Qué vergüenza! Con Carter recorriendo el país con un avión que se llama 'El Maní Volador'. ¿No es una vergüeza? Bueno, pues ha sido votado: es casi peronismo, ya... Es algo demagógico. Un presidente que todas las semanas de dos a cinco, tiene un día en el cual atiende personalmente el teléfono... Es muy sospechoso, ¿no? Cuando fue a Texas, ante los chicanos, los 'Tex-Mex', se presentó con un sombrero mejicano para congraciarse con ellos: Quiere decir que es una persona burda y astuta... Según el color local se disfraza de obrero, de ferroviario, de caballero...

Al margen de la poca simpatía de Borges por la democracia, desde nuestro punto de vista de hoy, no deja de asombrarnos la ingenuidad de Borges frente a los fenómenos de marketing político, que nosotros ya damos por descontado. Al igual que ocurre con el resto de la publicidad, nadie piensa que los políticos digan la verdad.