jueves, 28 de enero de 2010

Ava Gardner.


11.

No sé por qué dicen que carezco de sentimientos. O que a mi vida le fueron negadas ciertas experiencias fundamentales. Supongo que se refieren al amor. Se equivocan los que piensan que no he conocido el amor. Puedo afirmar que he vivido enamorado. El primer amor (ideal, por cierto), de mi vida fue una actriz, Ava Gardner. Solía ver sus películas dos veces por día. Apenas terminada la función, deseaba que llegara el día siguiente para volver a verla. El amor exige pruebas. Pruebas sobrenaturales.

Podemos pensar que la Beatriz Viterbo del El Aleph es un trasunto de Ava Gardner.

jueves, 21 de enero de 2010

El Tigre.

10.

Cuando yo era chico mis padre me llevaban al zoológico y yo pasaba las horas muertas viendo a los leopardos, a los jaguares, a los tigres. Me quedaba mirándolos como fascinado hasta que llegaba la hora de cerrar. Y actualmente, que estoy casi ciego, el único color que veo es el amarillo. De modo que el amarillo es el primer color que vi realmente (pues es el pelaje del tigre), y será el último que vea. Fíjese, en Nueva York, los "Yellow Car Come" están pintados de amarillo porque es el color que se distingue mejor. Una fábrica de automóviles en Canadá hizo una serie de experimentos que se consideraron después inútiles (pintando coches de diversos colores, para "noches sin luna" o "días de lluvia"), y resultó que cuando el coche rojo no se veía, se distinguía el amarillo. Y aún aquí, en Buenos Aires, los techos de todos los taxímetros son amarillos por la misma razón.

El tigre, el espejo, el laberinto y el cuchillo, bla, bla, bla.

Recordemos el poema de Blake y el ruiseñor de Keats.

Recordemos un poema y un relato.

martes, 12 de enero de 2010

Fútbol y ajedrez: juegos de guerra.



9

El ajedrez nació, quizás, en la legendaria Atlántida, y muchas de sus piezas han ido cambiando de forma con el tiempo. Por ejemplo, el caballo era el caballero, y el alfil, que es una deformación de marfil, era un elefante. Es increíble cómo una cultura que se desarrollaba con juegos como el ajedrez, haya degenerado a juegos tan vulgares como el fútbol.

Sabido es el gusto de Borges por las etimologías y su odio por el fútbol, odio que comparte con Sánchez Ferlosio. No así con Camus, quien dijo que todo lo que sabía de moral lo había aprendido en el fútbol y el teatro.