martes, 8 de marzo de 2011

El sabor del café.


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¿Compromiso? No, no tengo mensaje. No soy un evangelista.

Naturalmente Borges se refiere al evangelio en sentido etimológico ("mensaje"), no en sentido religioso.

Hoy en día ya no dan tanto la tabarra con este tema, pero en la época de los setenta (la respuesta se publicó en 1980) el papel del escritor como agente transformador de la sociedad era "el tema" por excelencia. Ya durante la Ilustración se pensó que el arte no podía tener un sentido meramente decorativo, sino que debía sevir para educar al pueblo. Aunque en realidad la idea es medieval, y si tiramos p'atrás llegamos hasta Atapuerca. Lo que pasó es que Sartre estableció la figura del escritor como "intelectual comprometido", el compromiso como ejercicio de la libertad (única opción racional para el hombre "arrojado a la existencia"), el equivalente entre estar "comprometido" y ser "de izquierdas" etc.

Como Borges tenía alergia a los comunistas, niega que el arte deba tener alguna finalidad más allá del goce estético, un poco en la línea de las teorías de Benedetto Croce o Valéry, en plan "el arte por el arte". En otra ocasión dijo: "¿Que para qué sirve la literatura? ¿Y para qué sirve el sabor del café?"

También solía decir: "No soy cartero".

Lo paradójico es que su obra es una ininterrumpida reflexión filosófica sobre la naturaleza del mundo y el conocimiento. Pocos escritores dan más por menos.

2 comentarios:

  1. Y Hitchcock tambien decia algo asi, si queria decir un mensaje ponia un telegrama o algo asi. Mas o menos.

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  2. Un Escritor que se precie sólo escribe por puro Placer. Pero si lo hace apasionadamente, no puede evitar dejar gran parte de sí mismo en sus letras. De modo que, sin querer, los Escritores siempre tienen algo de Mensajeros.

    He llegado aquí por casualidad y me ha gustado tu estilo... Me pasaré a verte.

    Un Saludo, Francisco.

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