viernes, 4 de marzo de 2011

La familia de Cervantes


31

Ahora me acuerdo de una cosa que decía Macedonio Fernández y que yo quiero suscribir totalmente; decía que los españoles y los hispanoamericanos deberíamos llamarnos "la familia de Cervantes". Sería difícil unirnos todos diciendo "la familia de Quevedo", a pesar de su grandeza de literato. En cambio, si decimos "la familia de Cervantes" no creo que encontremos ningún opositor.

Cervantes es uno de los pocos escritores españoles que puedo imaginarme. Sé, más o menos, lo que sería una charla con él. Sé, por ejemplo, cómo pediría disculpas por alguna de las cosas que ha escrito, cómo no se tomaría a sí mismo demasiado en serio. Estoy seguro de ello, como lo estaría en los casos de Samuel Butler o Wells; por ello una de las razones por las que Cervantes me atrae, es que no sólo pienso en él como escritor, uno de los más grandes novelistas, sino también como hombre. Y como dice Whitman: "Camarada, esto no es un libro, quien toca esto toca un hombre".

Pierre Menard escribe dos capítulos completos (el noveno y el trigésimo octavo) y un fragmento de otro (el veintidós) de la primera parte de El Quijote, es decir: el combate con el Vizcaíno, el discurso de las armas y las letras, y la liberación de los galeotes. Especialmente significativo este último, donde el Quijote dice aquello de "Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo ni de premiar al bueno, y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello."; cita usada muchas veces por Borges para declarar esa afinidad de espíritu entre españoles y argentinos, y especialmente, entre él y Cervantes.

Respecto a la frase "sé, por ejemplo, cómo pediría disculpas por alguna de las cosas que ha escrito, cómo no se tomaría a sí mismo demasiado en serio", podemos pensar que, una vez más, Borges habla de sí mismo más que de Cervantes. Borges era especialista en introducir conceptos en una discusión atribuyéndoselos a otros escritores, evitando así hacerse responsable de ellos.

Sobre Whitman hablaremos en otra ocasión, sólo recordar que es uno de los poetas favoritos de Borges y que ha sido traducido por él al castellano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario