jueves, 17 de diciembre de 2009

Casquería.


6.

Me acuerdo del reto que me dio mi padre el día que le conté que había estado en el mercado del Abasto y había comido chinchulines y parrillada. Me dijo: "¿Pero no te da vergüeza a vos? ¡Un criollo comiendo esas cosas! Esas cosas se reservan para los mendigos y para los negros. Ningún señor come esas cosas". La verdad es que son inmundas. Son las vísceras de los animales, la parte más innoble.

El padre de Borges era un "librepensador" seguidor de William James, criollo viejo y mujeriego. Escribió alguna novela, pero, según cuenta Borges, vio cumplidas sus ambiciones literarias en su hijo. Aparte del amor por la literatura, también le transmitiría a Borges la ceguera. Dicen que solía abordar a las chicas por la calle, y que cuando ya estaba perdiendo la vista, se acercó a hacerle proposiciones a la madre de Borges sin reconocerla, a lo que ella exclamó: "¡Pero bueno, ¿a mí también?!"

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